Mi redoble de tambor Por Rafael
Cervera
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Arturo Bosque
19.3.06
III DOMINGO DE
CUARESMA
El sentido de la mortificación: Es en la Cruz, donde el alma alcanza la plenitud de la identificación con Cristo. “El que quiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome se cruz y sígame”. La aceptación del dolor y de las contrariedades que Dios permite para nuestra purificación, el cumplimiento de los propios deberes de cada día, la mortificación asumida voluntariamente, es condición indispensable para seguir al Maestro. “¿Qué sería un Evangelio, un cristianismo sin Cruz, sin dolor, sin el sacrificio del dolor? (Se preguntaba Pablo VI): Sería un cristianismo sin Evangelio, sin Redención, sin Salvación, de lo que tenemos necesidad absoluta”.
Las
mortificaciones voluntarias y las mortificaciones pasivas, adquieren su más
hondo sentido cuando (por que nos da la gana...), estamos unidos al Señor. Así
podemos entender (casi...) el misterio de la Redención. Sí que es cierto que hoy
todo esto parecerá a muchos, una locura o una necedad, incluso residuos de otra
época (¿seré yo un residual?), algo de lo que no engarza con el nivel
socio-cultural de estos tiempos y que a su vez puede ser “signo de
contradicción o piedra de escándalo para cuantos viven de espaldas a
Dios”. La Cruz, “ escándalo para los judíos y locura para los gentiles” (San
Pablo). Ser mortificados para ser almas de oración y añadía Santa Teresa: “Creer
que el Señor admite a Su amistad a gente regalada y sin trabajo es disparate”.
Así pues, se trata de identificarse con Cristo a través de las tribulaciones de
una vida mortificada...( más o menos...)
26.3.06
IV DOMINGO DE
CUARESMA
“MI 2º REDOBLE DE
TAMBOR”
“Alégrate Jerusalén; alegraos con ella todos los que amais, gozaos de su
alegría” (Laetare Ierusalem). Rezamos hoy en la Antífona de entrada de la Misa.
La alegría es una característica del cristiano, y ya cerca de los días de la
Pasión, consideramos la alegría de la Cruz, pues “ Me amó y se entregó por mi
(Gal. 2,22)”.Así pues, de aquí ha de venir nuestra fuerza y nuestro sostén, ante
una sociedad tan alejada de nuestro vivir. Y ante las incomprensiones y el
despotismo, nuestro pensamiento hacia Aquel que nos ama siempre y que con su
amor ilimitado, como de Dios, haga superar toda prueba y llene nuestros
vacíos y perdone nuestros pecados. En este Domingo, también llamada
“Domingo Laetare”, podemos ver en la liturgia, si de ello se dispone, de los
ornamentos color rosa en vez de morados, con efusión de adornos florales en
torno al Altar.
De este modo termino, mi “cuita” cuaresmal, como
la empecé. “Laetare, alégrate Jerusalén y alegraos con ella todos los que
amais...” Que nuestra mortificación personal y libre si la hubiere, no
ensombrezca nuestra alegría interior, por el contrario, debe hacerse crecer
porque nuestra Redención se acerca con un derroche de amor por los
hombres....
V DOMINGO DE
CUARESMA
“MI 3º REDOBLE DE
TAMBOR)
“Hazme justicia , oh Dios, defiende mi causa...Tu eres mi Dios y mi
protector...”
En gran parte de la humanidad se oye un fuerte clamor por una
mayor justicia, por una “paz mejor asegurada en un ambiente de respeto mutuo
entre los hombres y entre los pueblos”. “Este es el hambre y sed de
justicia”...” (en su plenitud y sin reduccionismos)... el mismo Señor condena a
los fariseos “fingen largas oraciones”que devoran las casas de las viudas
mientras “. Y será el apóstol Santiago quien dirige un severo reproche a quienes
se enriquecen mediante el fraude y la justicia: “Vuestra riqueza está podrida.
El jornal de los obreros que han segado vuestros campos, defraudado por
vosotros, clama, y los gritos de los segadores han llegado a oídos del Señor de
los ejércitos.” (Cómo suenan en nuestros oídos en estos días los
acontecimientos de
Marbella....!).
La Iglesia, fiel a la enseñanza de la Sagrada Escritura, nos urge a que
nos unamos a ese clamor del mundo y lo convirtamos en una oración que llegue
hasta nuestro Padre Dios. Que se unan todos los hombres de buena
voluntad (que los hay a montones....) a vivir las exigencias de la
justicia en nuestra vida personal, familiar, profesional y social, y a salir en
defensa de quienes – por ser más débiles – no pueden hacer valer sus
derechos. Pero solo oímos lamentaciones estériles..., pues la solución
está tan solo en el corazón del hombre.
9.4.06
DOMINGO DE
RAMOS
“MI 4º REDOBLE DE
TAMBOR”
La liturgia del Domingo de Ramos pone en boca de los cristianos este cántico:
“Levantad, puertas, vuestros dinteles; levantaos, puertas antiguas, para que
entre el Rey de la gloria” (antífona de la distribución de
ramos)....
Y al acercarse a la ciudad, ya en la bajada del monte de los Olivos, toda la
multitud , llena de alegría, comenzó a alabar a Dios en alta voz,,,,! Bendito el
Rey que viene en nombre del Señor! ¡ Paz en el Cielo y gloria en las alturas!
(Lc.19,
37-38).
Jesús quiere también entrar hoy triunfante en la vida de los hombres sobre una
cabalgadura humilde; quiere que demos testimonio de Él, en la sencillez de
nuestro trabajo bien hecho, con nuestra alegría, con nuestra serenidad, con
nuestra sincera preocupación por los demás, quiere hacerse presente en
nosotros a través de las circunstancias del vivir humano. También nosotros
podemos decirle en el día de hoy:
“Ut iumentum factus sum apud te....Como un
borriquillo estoy delante de Ti. Pero Tú estás siempre conmigo, me has tomado
por el ronzal, me has hecho cumplir tu voluntad....
¿Será
posible que el Señor entre triunfante en nuestras vidas, en nuestra
sociedad...en nuestras ciudades...?
16.4.06
DOMINGO DE
RESURRECCIÓN
“MI ÚLTIMO REDOBLE DE
TAMBOR”
“En verdad ha resucitado el Señor, aleluya. A El la gloria y el poder por toda
la
eternidad”
“ La vida pudo más que la
muerte”
La Resurrección gloriosa del Señor, es el fundamento de nuestra fe. Sin la
Resurrección, toda predicación sería inútil y nuestra fe vacía de contenido. Ahí
además, se apoya nuestra futura resurrección. La Pascua es la fiesta de nuestra
redención, es fiesta de gracias y de
alegría.
Jesucristo vive, ”esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe.
Jesús que murió en la Cruz ha resucitado, ha triunfado a la muerte, del poder de
las tinieblas..., en El, lo encontramos todo, fuera de El, toda nuestra vida
queda
vacía”.
La oscuridad es la imagen de las tinieblas, en las que se debate la humanidad
sin Cristo. “La luz de Cristo, que resucita glorioso, dirige las tinieblas del
corazón y del espíritu, (Misal Romano en Vigilia Pascual).
“Instaurare omnia in Christo” (Ef 1, 10). Colocar en la entraña de todas las
cosas.
“Si exaltatus fuero a terra omnia traham ad meipsum” ( Jn 12, 32). Cuando sea
levantado en alto sobre la tierra, todo atraeré hacia
Mi.