ORAR CON LAS COSAS |
De José María Cabodevilla |
José Luis Félez Soriano
Pequeño homenaje al gran profesor que tuvimos, bondadosa persona
y enamorado de Dios y sus cosas. Murió el 17 de febrero de 2003.
Esta obra póstuma se terminó de imprimir el 19 de marzo. Me
permito transcribir una de sus pequeñas oraciones sobre
insignificantes cosas, ya que él considera que es justo
y necesario orar no solo desde las cosas o a partir de ellas,
sino también con ellas. Y enseguida nos
dice que orar no es el problema, sino que es la
solución. Y ya en las primeras páginas nos da la
solución que supone para los hombres orar, ya
que orar es simplemente estar con Dios
e incluso ante nuestro muy reiterado lamento de Señor, no
se me ocurre nada, José María nos sigue dando la
solución: Orar consiste en aprender a aburrirse
delante de Dios. No hace falta otra
presentación. Y transcribo esta pequeña y deleitosa oración
porque, hasta ahora, es la que más directamente habla de
orar. Y dice así:
¿Y cómo hay que orar?
Orar es decir Señor, que vea, Señor,
cúrame, y orar es también no decir nada.
Oró el paralítico que suplicó curación y oró el leproso que
volvió para dar gracias.
Orar es decir Apártate de mí, Señor, que soy un
pecador y orar es también decir Aunque todos te
abandonen, Señor, yo nunca lo haré.
Pedro era así. Cada uno ora como es. Se supone que la oración
debe ser humilde, confiada, amorosa, contrita, etc., pero ante
todo y sobre todo la oración tiene que ser sincera.
Orar es contemplar detenidamente un objeto.Orar es prescindir de
todo objeto, imagen y especie creada.
Orar
¿es fácil o difícil?
Orar es como hacer un crucigrama. Las letras que van en vertical
reducen mi capacidad para encontrar las palabras horizontales,
pero al mismo tiempo me dan una pista, estimulan mi inventiva.
Algo parecido ocurre con la rima de un verso, que a la vez
descarta unas ideas y suscita otras. Pues lo mismo sucede con
esos pensamientos extraños que surgen inoportunamente mientras
uno está orando: se trataría de convertir las distracciones en
tema de oración.
¿Qué
hay que hacer para orar?
Orar es lo que hizo María en Betania, quedarse quieta a los pies
del Maestro. Orar es también lo que hizo Marta, quejarse al
Maestro de la pasividad de su hermana.
Orar es decir No tienen vino y orar es llenar de agua
las tinajas y esperar.
Las formas de orar son infinitas. Las de no orar, muchas menos.
Beatriz tiene cuatro años. Ha entrado en la capilla y ha
permanecido durante dos minutos totalmente inmóvil mirando al
sagrario. ¿Qué ha ocurrido en esos minutos entre Dios y ella?
Orar es una manera de vivir. Vivir es una manera de orar.
Orar es hablar con Dios y orar es también callar en su
presencia.
Orar es escuchar a Dios y orar es también aguantar su silencio
un día y otro, indefinidamente.
Orar
¿es fácil o difícil?
Orar puede ser tan difícil como desatar un nudo. Y puede ser tan
fácil como cortar un nudo.
José María Cabodevilla