¿QUÉ ES LA MUERTE? |
Por José Mª Alcober Brenchat |
& La muerte es, ha sido, y será
siempre un trance doloroso. Ya que la muerte es
destrucción biológica; separación y ruptura de lazos humanos;
etc. etc.
Este aspecto doloroso de la muerte no hay que ocultarlo ni
disimularlo con falsos piadosismos" artificiales,
baratos y superficiales... ¡Nos es doloroso morir; y nos es
doloroso ver morir a las personas queridas!... Es normal y es
humano.
Por otra parte, la muerte nos plantea preguntas inmensas, a las
que no podemos dar más que respuestas siempre balbucientes...
& Pero desde
nuestra fe en un Dios que es Amor, que está intentando
enamorarnos y que está intentando llevarnos a la plena
realización de nosotros mismos en el amor, podemos entrever que la
muerte tiene, a pesar de todo, un significado y un sentido...
En Cristo, cuya muerte es resurrección,
descubrimos que Dios es Dios de Vida : Amor que nos está
llevando a nuestra total plenitud, a la plena realización de
nuestro ser personas, A NUESTRO VIVIR EN PLENITUD,... venciendo
el aparente fracaso de la vida que es la muerte... Muerte
que, como tal, lejos de ser querida por Dios, es obstáculo que
nuestra finitud le pone a su Voluntad de Vida...
Desde esa mi fe, pretendo balbucear algunas palabras sobre un
aspecto de ese misterio tantas veces desconcertante que es la
muerte... Sin olvidar la tragedia que es la muerte, la fe me abre
perspectivas maravillosas, por increíbles que parezcan a primera
vista. Permitidme compartirlas con vosotros.
& ¿Cuál es la plenitud del ser humano?
¿En qué consiste nuestra plena realización como personas
humanas? ¿Cuándo vivimos realmente y llegamos a ser plenamente
felices?...
Mirando mi propio corazón, me doy cuenta que cuando yo me
siento plenamente vivo y plenamente feliz es cuando, + por una
parte, me siento realmente amado; + y cuando, por otra parte,
también yo tengo alguien a quien amar; cuando amo efectivamente
y de verdad... Y supongo que a vosotros os pasa lo mismo... El
ser humano vive realmente, se realiza como persona y llega a su
felicidad, en la medida en que se sabe amado y en la medida en
que ama.
Por eso, el ser humano llega a su verdadera y total plenitud, en
Dios,... porque Dios ES Amor... Así que me atrevo a decir que la
verdadera vida del hombre es saberse amado por Dios; y desde
esa felicidad de saberse amado por Dios, la plenitud de vida del
ser humano es amar con ese Amor que tiene su fuente en Dios
que ES EL AMOR EN PLENITUD.
En Cristo, muerto y resucitado, he descubierto que,
en nuestra muerte y venciendo a la muerte, el Amor del Padre Dios
nos lleva a nuestra propia plenitud personal en todos los
aspectos de nuestro ser personas... Dios Amor hace vivir; me hace
vivir a mí... A mí, y no sólo a "mi alma"... Nos
hace vivir en plenitud... en la plena felicidad de sabernos
amados, y en la total alegría de amar,... personalmente
integrados en la Comunión de Amor que es Dios...
En otra ocasión contemplaremos con más detalle
la muerte-resurrección de Cristo, e intentaremos profundizar
otros aspectos que se nos revelan en Cristo... Pero desde lo que
venimos meditando estos días, podemos ya decir varias cosas
importantes =
A) Visto desde esta perspectiva de nuestra fe en un Dios
que es Amor, podemos decir que el paso de la muerte es el
trance en el que todas las cataratas de nuestros ojos, -
cataratas que nos impiden ver y creer verdaderamente que somos
totalmente amados -, esas cataratas se nos caerán de los ojos...
Y será el descubrimiento gozoso (descubrimiento
jamás totalmente acabado porque inagotable) de que realmente sí
que es verdad que estamos siendo maravillosamente amados
por un Dios maravilloso... Entonces nos daremos cuenta de
verdad de que Dios, verdaderamente, ¡es Amor!... Nos daremos
cuenta que, de verdad, ¡nosotros somos queridos!; somos
inmensamente queridos, y somos queridos más allá de lo que
habíamos podido creer e imaginar...
Queridos por el Padre Dios... Pero queridos también por
tantas personas que, de un modo u otro, nos han amado a lo
largo de la vida... Amor, a veces mezclado con buena parte de
egoísmo, pero en el que también había verdadero amor... Amor
que tantas veces no hemos sido capaces de reconocer y apreciar...
Amor que desborda el pequeño círculo en el que nos hemos
movido...
El trance de la muerte nos llevará a ese
maravilloso descubrimiento ¡Somos amados!...
... Y viviremos la inagotable felicidad de sabernos
queridos... Por Dios,... y también por tantas personas que nos
quieren...
B) Desde esta perspectiva, el paso de la muerte es
también el trance en el que todas las barreras y muros de
contención que hay en nosotros, y que impiden que nos invada
y nos empape totalmente ese Amor con que el Padre Dios nos está
queriendo,... (también en el amor de todas las personas que nos
quieren y a las que queremos)... esos muros se derrumbarán...
Y a partir de ahí, seremos total apertura, mera receptividad,
pura acogida gozosa de ese Amor que el Padre
Dios nos está teniendo... Y en Dios, apertura y acogida
gozosa del amor de todas esas personas que también nos
quieren...
Dios nos ha estado queriendo inmensamente desde siempre. A lo
largo de toda nuestra vida Dios nos ha estado ofreciendo su
Amor... Mucha personas también nos han estado queriendo... Pero
en nosotros había formidables barreras que nos impedían
creérnoslo y acogerlo : dudas de si eso era verdad, miedos a que
eso nos complicara la vida, heridas que la vida nos había ido
infligiendo y que nos impedían abrirnos al amor, encerramientos
en nosotros mismos por malas experiencias vividas, etc. etc. ...
Todo eso nos impedía y nos impide abrirnos y acoger el Amor con
el que el Padre Dios nos está amando... Nos impide abrirnos y
acoger el amor de algunas personas que nos aman de verdad...
Pues bien, en el trance de la muerte todos esos
muros se derrumbarán... y estaremos plenamente abiertos al amor,
que es lo que nos hace vivir... El Amor que el Padre Dios nos
tiene desde siempre nos podrá inundar, nos podrá impregnar,
podrá llenar totalmente nuestro corazón y todo nuestro ser...
Nos hará vivir en plenitud... porque todo nuestro corazón y
todo nuestro ser serán pura apertura y pura receptividad al
inmenso Amor con el que el Padre Dios nos está amando... él
personalmente, y también a través del amor de tantas otras
personas...
Viviremos eternamente, no tanto porque nuestra alma
sea inmortal (que me parece muy bien, pero eso es cuestión de
filosofía); viviremos eternamente, porque eternamente seguiremos
siendo amados...
C) Otro aspecto más de lo que es la muerte, en la
perspectiva de nuestra fe en Dios Amor que quiere convertirnos en
amor como Él para que también nosotros amemos con ese Amor con
el que somos amados, y así estar plenamente vivos. = En
esta perspectiva, el trance de la muerte será también la
liberación total de nuestra propia capacidad de amar :
Nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos, de amar a la vida
y al mundo, de amar a cada persona humana, y de amar a Dios...
Esta capacidad de amar, esos deseos de amar que ya
hay en nosotros, por el momento están en gran parte enterrados,
frenados, limitados y condicionados por nuestros egoísmos,
nuestros miedos, nuestras imposibilidades... La muerte será la
liberación total de toda esa capacidad de amar que cada uno
llevamos dentro...
Ya desde ahora, estamos amando, fecundados por el Amor que el
Padre Dios nos tiene... Y podemos amar la vida, el mundo, cada
persona humana, podemos amarnos a nosotros mismos, y a Dios...
Pero muchas veces nuestro amor está mezclado con buenas dosis de
egoísmo, o de búsqueda de sí mismo, o de deseos de aparentar,
o de hipocresía, o de oportunismo, o de amiguismo, etc. etc. ...
A lo largo de toda nuestra vida, Dios (Océano de
Amor) está intentando alimentar, vivificar y purificar el
surtidor de nuestro amor a la vida, al mundo, a cada persona
humana, a nosotros mismos, y a Dios;... está intentando
alimentar, vivificar y purificar nuestro corazón, para que
nuestro amor sea puro y limpio, generoso y desinteresado,
universal, y tierno con cada uno... A lo largo de toda nuestra
vida, Dios (Raíz y Fuente Originaria e Inagotable de todo amor)
está intentando desbloquear todos los tapones interiores,
psicológicos, morales, etc. que nos impiden vivir de verdad, que
nos impiden dar cauce a ese Amor para que amemos a nuestros
hermanos y hermanas, con el agua clara del Amor con el que Dios
nos ama a nosotros...
En el trance de la muerte, se desbloqueará, se
purificará y liberará totalmente nuestra capacidad de amar... y
podremos amar verdaderamente, totalmente, sin límites ni
complejos... Podremos amar y amaremos a la vida, al mundo, a cada
persona humana, a nosotros mismos, y a Dios,... con total
libertad, con total limpieza y con total generosidad... Es decir
: estaremos plenamente vivos.
D) Pero aún hay más : En el trance de la muerte, - al
caer en la cuenta de todo el Amor con el que somos amados, y al
abrirnos totalmente al Amor con el que el Padre Dios nos está
amando -, puesto que nuestro propio amor es fruto del Amor que
Dios nos tiene, esa nuestra propia capacidad de amar se
elevará a la enésima potencia... ya que podrá estar
plenamente fecundada por ese Amor que es Dios. Amor que entonces
ya nos creeremos de verdad; y Amor al que entonces
estaremos ya totalmente abiertos y receptivos... Así que,
fecundado nuestro propio amor por el Amor en Plenitud que es
Dios, nos pondremos a amar, sin límites y sin fin... con todo
ese Amor con el que somos amados por Dios... Nos pondremos a amar
y a vivir de verdad... Con ese mismo Amor con el que el
Padre Dios nos está amando (y que ahora sí que ya lo acogemos a
corazón abierto), con ese mismo Amor amaremos también nosotros
la vida, el mundo, cada persona, nos amaremos a nosotros mismos,
y amaremos al mismísimo Padre Dios... con Cristo y como Cristo,
llevados por el Espíritu Santo, Espíritu de Amor del Padre y
del Hijo.
= Esa es nuestra plenitud... Eso es realmente y plenamente VIVIR.
Y eso es algo de lo que en el catecismo llamábamos el cielo...
= Y la vida es el proceso que nos va llevando poco a poco,
pasito a pasito, hacia esa Plenitud... Plenitud de la que estamos
viviendo, ya desde ahora... aunque sea parcial y pobremente.
LA OMNIPOTENCIA OMNIPACIENTE DEL
TODO-AMOR
En la línea de lo que venimos hablando, creo que
se puede entender un aspecto muy importante del verdadero
significado de la Omnipotencia de Dios TODOAMOR... (de la que ya
hablamos en otra charla anterior).
La Omnipotencia de Dios no es la capacidad,
más o menos caprichosa, de hacer lo que quiera, o de
intervenir e "interferir" desde fuera,
ocasionalmente, en la marcha de nuestro mundo, para solucionar
milagrosamente tal o cual problema nuestro...
* La maravillosa Omnipotencia del TODO-AMOR que
es Dios, está en que, desde dentro de nosotros mismos,
amándonos y con la fuerza paciente del amor, Dios Todo-Amor es
capaz de hacernos llegar a ser nosotros mismos... Nos está
haciendo ser y existir de hecho, con la fuerza del Amor con el
que nos está amando... Amándonos, Dios nos hace devenir, nos
hace crecer, nos va haciendo llegar a nuestra plenitud...
Y eso, a pesar de toda la pesadez y de
toda la resistencia que supone nuestro no
ser y nuestra nada.
Más aún: Amándonos, Dios Todo-Amor es capaz
de hacernos ser amor como él; y de hecho, nos está haciendo
llegar a ser amor como él... por la fuerza omnipaciente del Amor
con el que nos está amando...
A nosotros, que llevamos aún tanto peso de puro
instinto inconsciente, que estamos aún tan condicionados por
nuestra sensualidad, que estamos aún tan poseídos por nuestros
egoísmos, que estamos aún tan dominados por nuestros miedos y
nuestros complejos; a nosotros que estamos tan marcados y
condicionados por las heridas que hemos ido recibiendo a lo largo
de nuestra vida, etc. etc. ... a nosotros, amándonos, Dios es
capaz de enamorarnos...; a nosotros, amándonos, Dios es capaz de
convertirnos en amor... De nosotros, amándonos, Dios es capaz de
hacer nacer amor...
De tal manera que, como Cristo y en Cristo el
Hijo encarnado muerto y resucitado, llevados por el dinamismo del
Espíritu Santo de Amor divino, llegaremos a ser plenamente
hijo/hijas del Padre Dios : AMADOS y AMANTES con ese Amor
recibido.
Ese es el gran Milagro, y esa es la Omnipotencia
del TODO AMOR Omnipaciente... que está haciendo ese su trabajo
en nosotros, desde dentro de nosotros mismos, a lo largo de toda
nuestra vida y a través de todo lo que nos sucede en esa vida...
y que lo culminará a través del inevitable trace de la
muerte...
Muerte que, siendo aparentemente el último y
definitivo fracaso, será en realidad el definitivo triunfo del
Amor.
José Mª Alcober Brenchat