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Arturo Bosque

“¡MUNGU IKO!”

Vivir abiertos al Dios presente en nuestras vidas

Por José Mª Alcober

 

 

         Hoy empezamos el tiempo del Aviento. Tiempo de preparación a la celebración de la Navidad... El niño cuyo nacimiento conmemoraremos y celebraremos en la Navidad es llamado “Emmanuel”, que como sabéis significa : “Dios con nosotros”... Y desde este primer domingo de preparación, en el texto de San Pablo que hemos leído, se nos invita a “darnos cuenta, a despertar del sueño”, a abrir los ojos, a acoger y a vivir esa presencia de Dios, que está constantemente con nosotros y en nosotros... Porque esa es la gran Realidad. La Realidad fundamental : ¡que Dios está con nosotros!. ¡Siempre!. Acompañándonos, y queriéndonos...

         El Evangelio que acabamos de proclamar nos habla de lo que les pasaba a la gente en tiempos de Noé, que –como dice el texto - “comían, bebían y se casaban”,... sin caer en la cuenta de lo que estaba pasando en realidad...

¿No nos estará pasando a nosotros lo mismo?...

Podría suceder que también nosotros estemos tan zambullidos y absortos en nuestras preocupaciones cotidianas: en el comer y en el beber, en el ganar dinero, en el tener éxito, en el figurar y trepar, en el divertirnos y pasarlo bien; absortos totalmente por la necesaria e inevitable lucha por la vida; tan absorbidos por todo eso – que por otra parte, es necesario y forma parte de la vida, - pero tan absorbidos, que pasemos realmente al lado de los verdaderos valores de la vida. Y sobre todo, sin caer en la cuenta de esa Presencia, que puede dar sentido, alegría y confianza a nuestra vida...

Podría suceder que vivamos incluso una vida de cierta práctica religiosa, y de cierta moralidad bien pensante,... pero sin vivir la alegría y la confianza de sabernos siempre acompañados y queridos por “Emmanuel” : Dios con nosotros... Cristianos “practicantes” y hasta “fervorosos”;.. pero que no vivimos la vida normal y corriente de cada día con la alegría y la satisfacción de sabernos acompañados amorosamente por el Padre Dios.

El cristiano no vive al margen de la vida; es una persona como todo el mundo, que vive la vida normal y corriente de cada día, con todos los trabajos, los gozos y las fatigas que la vida comporta para todo el mundo... Pero esa vida normal y corriente, el cristiano la vivirá con los ojos y el corazón abiertos a esa presencia amorosa de Dios... El cristiano, como todo el mundo, tendrá momentos buenos y momentos malos, alegrías y penas, éxitos y fracasos, salud y enfermedad... ya que el Amor de Dios no es un pararrayos que esté ahí para evitarnos todo lo que la vida va trayendo...

El cristiano vive la vida normal y corriente de todo el mundo... Pero la vive “en presencia de Dios Amor”, abierto a esa Presencia, sabiéndose llevado y dejándose llevar por ese Amor, que es “Dios con nosotros”, y que está ahí, con nosotros, acompañándonos y queriéndonos...

No vigilándonos, no controlándonos, no juzgándonos, no condenándonos;... sino ¡QUERIÉNDONOS!...

 

Sabéis que yo he estado 35 años de mi vida en África. En Kisangani hay una frase que la gente empleaba mucho, y que a mí me ha hecho pensar mucho : “¡MUNGU IKO!”, que podríamos traducir por “Dios es; Dios existe; Dios está aquí”... Es una frase que a veces, dicha en situaciones difíciles, refleja un cierto fatalismo (:”¡qué le vamos a hacer; las cosas son así!”); pero esa frase refleja también una esperanza (:”¡puesto que Dios está ahí, con él alguna salida encontraremos!”)... La gente emplea también esa frase, gozosamente, en momentos en que han logrado salir de una situación desesperada : “¡Mungu iko! = ¿veis como todo tiene solución?... Puesto que Dios está ahí ¡todo tiene salida, no hay que desesperar nunca del todo!”...

Esta expresión que he oído miles de veces en boca de los africanos, me ha hecho pensar mucho,... y se ha convertido en mi propia “mantra” : “¡Mungu iko; Dios está aquí; y me está queriendo, nos está queriendo... No está ahí como espectador inactivo. Tampoco está ahí manejando los hilos de mi vida... Está ahí, amándome... Y, estando ahí conmigo, compartiendo mi vida, amándome, me hace ser, y me llevará a la plena realización de mi mismo y a mi total felicidad...

Creo que ese es el gran mensaje de la NAVIDAD = “Emmanuel : Dios con nosotros”.

Ser y vivir en cristianos será abrir los ojos, el corazón y todo nuestro ser a esa presencia amorosa de Dios, en nuestro ser, en nuestro vivir, en toda persona, y en toda la realidad...

 

* “¡Mungu iko!”... = Permanente y constantemente, (y precisamente en este mismo momento), el Padre Dios está ahí, y me está diciendo : "¡te quiero!",... en el eterno "Te quiero" que le está diciendo y que es el Hijo... Desde la raíz de mi ser, el Espíritu Santo me está asociando al Hijo Eterno - encarnado en Jesús -, para que, como él, yo me acoja a mí mismo como ese "tequiero" del Padre Dios que yo soy...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Soy y existo, gracias a la fuerza de ese Amor personal con que estoy siendo amado por el Padre Dios... El amor hace ser; y somos por el amor con que somos amados. Todos sabemos por experiencia que el amor –dado y recibido- nos desierta a nosotros mismos; es la auténtica energía que nos hace vivir y sentirnos vivos... Pues bien, Dios está ahí; y amándome está como despertándome a la existencia; me está haciendo ser, me está haciendo existir... De modo que mi misma existencia es la prueba de que Dios me está amando... Está diciendo ese "tequiero" preciso que soy yo,... y por eso existo...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = El Padre Dios me está acompañando y me está amando precisamente a mí... Es decir : que, es precisamente a mí a quien le está diciendo : "te quiero"... El Padre Dios me conoce y me aprecia. Yo, ¡precisamente yo!, le importo; yo soy "alguien" importante para él...  Y su actitud hacia mí es siempre positiva, hecha de amistad, de simpatía y benevolencia; me está mirando siempre con cariño;... me aprecia y me valora en todo lo positivo que hay en mí;... me está aceptando a mí, en todo lo que soy y tal como soy;... me comprende y me acepta, en la particular amalgama de virtudes y flaquezas que soy... incluso aunque no siempre apruebe todo lo que hago... Me está comprendiendo en mis dificultades y problemas...  ¡Se alegra de que yo exista, y de que yo sea yo!... Y a fuerza de seguir estando ahí amándome, conseguirá que llegue a ser la maravilla que yo soy a pesar de todos mis fallos...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Puesto que el Padre Dios me ama personalmente, ¡yo soy "alguien"!; alguien importante; alguien valioso... Puedo estar orgulloso de mí mismo,... a pesar de mis límites y de mis fallos... Puedo vivir y hacer vivir cada vez más lo mejor de mí mismo, puesto que estoy siendo amado nada menos que por el Padre Dios... Y puesto que yo existo porque él me ama, yo puedo participar en su alegría divina de existir y de ser yo mismo,... incluso con mis limitaciones... Puedo creer en mí, porque ¡Él cree en mí!...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Ese Amor que me tiene el Padre Dios es como la fuerza y la energía interior que me hace ser... y ser yo mismo... No me va a remplazar, ni va a hacer nada en mi lugar. Lo que hace es despertar y sustentar mi propio ser y mi propio hacer yo mismo (en el hacerse a sí mismo del mundo en su autonomía, que Su amor está despertando y sustentando)... El Padre Dios, amándome, diciéndome: "te quiero", está suscitando, sustentando, y estimulando mi propia libertad y mi propia acción; mi propio hacerme a mí mismo... Su Amor y su Presencia me está animando y apoyando en mis propios esfuerzos... que Él fundamenta... Cuanto más consciente sea de ser así amado, más podré ser yo mismo...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Amándome y acompañándome, lo que el Padre Dios pretende no es que yo le sirva a él; sino que lo que pretende es que yo sea yo mismo, que yo me realice plenamente, y que yo sea feliz... A través de todo y en toda circunstancia, lo que el Padre Dios está intentando es llevarme cada vez más hacia la plena realización de mí mismo y hacia mi total felicidad... ¡Esa es su voluntad : amarme y hacerme feliz!... Su "gloria" es que yo me realice como persona... Y Él me está acompañando y apoyando en ese caminar hacia mi total plenitud y felicidad personal...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = El Padre Dios, puesto que él ya me quiere, está siempre ahí, queriendo establecer conmigo una relación personal de amor, de intimidad y de confianza mutuas...; pero siempre respetando mi propia libertad y mis propias decisiones... (¡Dios es siempre discreto y humilde! Se ofrece; pero no se impone)... No busca mi sumisión; sino amor... No quiere ser dueño; sino padre, madre,... ¡amigo!...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...  

* “¡Mungu iko!”... = El Padre Dios, que es Amor, me está incluso ya perdonando (¡no disimulando el mal que yo haya podido hacer; sino perdonando!)... Y con su comprensión, su paciencia, su perdón y su amor, me está recreando y fortaleciendo desde dentro para que yo vaya siendo cada vez más yo mismo, sacando a la luz y haciendo efectivo lo mejor de mí mismo...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Me está amando y acompañando con todo su cariño, particularmente si eso que estoy viviendo es doloroso o negativo : Dios no ha querido ese mal trago o ese sufrimiento que estoy pasando por circunstancias de la vida... Él no ha querido eso; Él sólo quiere mi bien... Pero, dadas las circunstancias, no ha sido posible evitar ese mal... Y porque me ama, en esa situación difícil Él sigue estando conmigo, más que nunca;... está sufriendo conmigo eso que yo estoy sufriendo;... y está luchando conmigo para superarlo... ¡Dios no puede evitarlo todo;... pero está conmigo, para irlo superando,... y sacar bien incluso del mal!...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

* “¡Mungu iko!”... = Y me está amando tanto que, a fuerza de seguir amándome, me está llevando y conseguirá llevarme a la plena realización de mí mismo y a mi total felicidad,... incluso a través de todos estos sufrimientos y todas estas "muertes", no queridas como tales por Dios, pero que jalonan mi vida y que por el momento están obstaculizando la obra de amor del Padre Dios en mí...

¡Ojalá podamos vivir abiertos a ese ”Dios con nosotros”, que está ahí, queriéndonos!...

 

& Vivir en cristiano será vivir la vida de cada día, con esa alegría de saberse siempre acompañado y amado por el Padre Dios... Abrirse ampliamente y dejarse vivificar desde dentro por ese Amor..., para vivir, - con confianza y con toda intensidad -, esa vida normal y corriente de cada día, con todos sus trabajos, sus gozos y sus penas...

 

         Todo mi ser,... todo el ser de cada persona, todo el universo en su propio devenir está envuelto, penetrado, dinamizado desde dentro por esa presencia amorosa de Dios. = ¡Mungu iko!  “Emmanuel” : “Dios con nosotros”.

 

       Y “Dios en nosotros”, tomando carne, actuando y amando en y a través de nuestro propio actuar y nuestro propio amar humano... Por eso, vivir en cristiano será dejarse vivificar de tal manera por ese Amor del Padre Dios, que también nosotros nos pongamos a amar con ese Amor con el que somos amados... “encarnando” su amor... (tiempo habrá en otra ocasión de hablar de este segundo aspecto).

 

Para eso viene Jesús. Para eso se hace hombre Dios. Para eso Dios es “Emmanuel” : Dios con nosotros.

 

Pues que así sea.

 

 

 

José María Alcober Brenchat

De los Misioneros de África Padres Blancos